Siguiendo con nuestro post sobre lo que implica el pulimento, hoy os traemos los dos tipos de pulimento más usados:
-Pulimento de suelos:
El suelo es una de las superficies que más deterioro sufre. Los tipos de suelo que se pueden reparar son: mármol, terrazo, hormigón y cemento.
Para realizar el pulimento de un suelo, necesitaremos una máquina de pulimentar con unas piedras pulidoras diamantadas. Existen diferentes piedras pulidoras, que serán las que definan el poder de rebaja de una superficie (corona italiana, segmento, HOT Velcro, etc). A medida que subimos el grado de las piedras, más liso quedará el suelo.
Para casi todos los pulimentos es necesario el uso de agua, que ayudará a ralentizar el proceso para que tengamos una terminación correcta.
-Pulimento de superficies:
Las pequeñas superficies también se pueden reparar, es decir, pulimentar. El producto que se utiliza, se conoce como producto abrasivo.
Esta técnica consiste en convertir materiales sólidos (diamante, mármol, metal) en pequeñas partículas sueltas. Cuando estas pequeñas partículas son frotadas en una de estas pequeñas superficies, provoca unos pequeños arañazos que apenas percibimos y que dejan las superficies brillantes y lisas.
¿Conocíais estas dos formas de pulimento?
Equipo Limpiezas Lujambio